Así como segmentar un mercado es útil y productivo, separar los productos según las características homogéneas se presenta como una acción necesaria.
La división más importante es según los Hábitos de Consumo.
Productos para el Consumo Masivo
Comprados directamente por individuos para el consumo final; estos se dividen en:
a. Bienes de Conveniencia
Son aquellos en los que el comprador decide la compra rápidamente y no hace un gran esfuerzo para comprar calidad. La compra es frecuente y el precio es generalmente bajo; resulta importante la buena exhibición y el empaque atractivo. Por ejemplo: Gaseosas, leche, pan, dulces baratos, pastas dentales, pastillas, focos, tarjetas varias, etc.
b. Bienes de Comparación
Son los que motivan al comprador a realizar un esfuerzo adicional para efectuar comparaciones como en el caso de la ropa de moda, muebles, electrodomésticos, libros, etc. La decisión de compra es un tanto lenta, la compra no es frecuente y los precios son altos e intermedios.
c. Bienes de Especialidad
El consumidor muestra una gran preferencia de marca en los bienes de especialidad, la comparación es mínima, la decisión de compra es lenta y el precio es alto. Por ejemplo: Autos de lujo, ropa de “marca” (Arman, ISL), medicamentos especializados, equipos profesionales de fotografía, sonido, computación, etc.
Productos para el Mercado Organizacional
(Business to Business market- b2b): Comprados por empresas y/o instituciones; estos productos se dirigen a tres mercados:
• Revendedores
Organizaciones que compran para vender (distribuidores, supermercados).
• Fabricación
Compran para producir (todas las fábricas, restaurantes, etc.).
• Operaciones
Compran productos indispensables para su buen funcionamiento (las empresas que necesitan útiles, papeles, electricidad, etc.).
Fuente: Extracto del diplomado en Marketing y Ventas.
El poder del consumidor: Una fuerza transformadora en el mercado actual
En un mundo donde la información fluye a velocidades sin precedentes y las opciones de consumo se multiplican exponencialmente, el poder del consumidor se ha