Escribir de auditoría médica, es como restar un siglo de vida y experiencia para finalmente generar una línea de tiempo que llegue a nuestro siglo XXI. Entonces podemos conceptualizar cómo el avance científico, tecnológico, el desarrollo social, cultural y económico; trascienden e impactan en esta disciplina. Potenciando y, convirtiéndola en una herramienta de la calidad, una herramienta financiera.
Sin embargo, muchos de ustedes caracterizados en ser lectores ávidos de encontrar y descubrir lo nuevo, lo mágico, los tips y los atajos en este quehacer médico; resalto y enmarco lo que la experiencia me dicta:

Primero: la actitud, la aptitud, los valores éticos y morales, la formación profesional; son aspectos que marcarán y testificarán de tu perfil como auditor médico, si un auditor no es ético produce daño a la institución, al paciente, y hasta a él mismo. Recordar siempre la máxima de Hipócrates “primun non nocere” (lo primero es no hacer daño), convirtiéndola en el pilar de la auditoría al constituirse en un primer filtro en el proceso de determinar causas y riesgos asociados.
Segundo: es necesario sentar bases sólidas como una roca, de la normativa del país donde se encuentren, no sólo la que está relacionada a la salud o a las prestaciones de salud, sino también a otro tipo de actividades que finalmente se interrelacionan entre sí. No somos entes aislados, todo confluye para un fin común: el mejoramiento de la salud a través de las medidas o acciones correctivas que se implementen, para lograr mayor eficacia, eficiencia, en los procesos de producción de la atención en salud.  Así, al contar con un conocimiento amplio y diverso, nos permitirá desarrollar criterios válidos que fundamenten nuestra labor. 
Tercero: aprender diligentemente las herramientas de la calidad, con ellas, ahorras tiempo, en la planificación, ejecución, monitoreo y seguimiento. Incluso me atrevo a mencionar que tus pensamientos fluirán de tal forma que puedes ser tan creativo como así lo desees y lo ejecutes. 

Finalmente, un aspecto que no podemos dejar de lado es el de ser perseverantes, haciendo siempre lo necesario en forma veraz, aunque la realidad nos muestre que nuestros indicadores de gestión presentan una línea sin pendiente, producto de las políticas internas y/o externas.
Ahora bien, podemos continuar en otros aspectos ya más puntuales, que se presentan durante el desarrollo del quehacer de la auditoría. Para ello requerimos interactuar a través de este blog, para ampliar las cuestiones y enriquecernos mutuamente.

Mag. María del Rosario Colmenares Zapata
Asesora en Auditoría Médica
Administración de Servicios Médicos – ADIMSA, Clínica Stella Maris
Docente – FIDE, Área Ciencias de la Salud