El mundo de hoy se caracteriza por el galopante desarrollo de los conocimientos científicos, frente a ello, la sociedad se ha visto en la necesidad de cultivar una cultura científica que le permita adaptarse a un medio altamente cambiante, desenvolverse en la vida cotidiana y relacionarse con el mundo del trabajo, de la producción y del estudio.
📚 Para la educación constituye todo un reto propiciar una formación científica y tecnológica para todos los ciudadanos.
❓ Cabe preguntarse entonces, ¿qué ciencia se está enseñando?, ¿qué concepciones de ciencia y del científico se transmiten en el aula?.
Para un gran sector de la población, la ciencia es una actividad neutral, impulsada solo por su propia lógica interna y desarrollándose independientemente de cuestiones sociales e históricas. Se ha considerado a los científicos como personas objetivas, de mente abierta, poseedoras de un método infalible: “El Método Científico”. Esta imagen de la ciencia que tiene la población en general, podría deberse en parte, a las visiones deformadas de la ciencia que se han ido transmitiendo.
Un científico es una persona: Muy inteligente, con mucha paciencia, observadora, introvertida, desprolija, astuta, dedicada, con imaginación, solitaria en su vida personal y en su trabajo. Esta persona “…debe separar todo el tiempo las dificultades de la vida cotidiana que lo obliguen a distraer su atención de lo que él quiere”. Otras características mencionadas: Creativo, obsesivo, riguroso, flexible, ordenado, racional, sistemático, reflexivo, objetivo, paciente. Se complementa esa visión sobre el científico, con el dibujo que realizan los docentes y estudiantes en cada cuestionario. Lo dibujan mayoritariamente de sexo masculino y de mediana edad, con túnica blanca, lentes gruesos, despeinados o pelados.
Aparece trabajando solo, en un laboratorio grande, rodeado de tubos de ensayo que desprenden humo.
Hablar del Método Científico nos remite a la ciencia (básica y aplicada) como un conjunto de pensamientos universales y necesarios, y que en función de esto surgen algunas cualidades importantes, como la de que está constituida por leyes universales que conforman un conocimiento sistemático de la realidad.
El método científico procura una adecuada elaboración de esos pensamientos universales y necesarios, tiene su base y postura sobre la teoría mecanicista (todo es considerado como una máquina, y para entender el todo debemos descomponerlo en partes pequeñas que permitan estudiar, analizar y comprender sus nexos, interdependencia y conexiones entre el todo y sus partes), y, por consiguiente también ese mismo carácter. Si ello fuera realmente así, está claro que quedarían fuera del alcance, del razonamiento científico vastos campos o parcelas de la realidad, de la verdad; siendo entonces necesario hallar un nuevo camino que nos lleve hasta esta misma verdad.