Los electrolitos forman conjuntamente con el agua un tándem de armonía en el organismo. Razón por la cual, un déficit de esto ocasionaría serios desajustes en el cuerpo que no sería resueltos hasta su reposición, al igual que ocurre con el agua.
Equilibrio Hídrico-Salino
Los electrolitos forman conjuntamente con el agua un tándem de armonía en el organismo. Razón por la cual, un déficit de esto ocasionaría serios desajustes en el cuerpo que no sería resueltos hasta su reposición, al igual que ocurre con el agua.
Debemos tomar en consideración que mediante del sudor se pierden serias cantidades de electrolitos, y de ahí puede partir el temor a que estas pérdidas puedan generar un desajuste en nuestro equilibrio fisiológico.
También hay que considerar la función que ejercen estos electrolitos en el organismo y que podemos resumir en:
Potasio: El potasio es intracelular. Su presencia en los líquidos extracelulares, es importante, sobre todo para la actividad muscular. El déficit de potasio puede ser motivo de fatiga y debilidad muscular. Su aporte diario se establece en cuatro gramos al día.
Sodio y cloro: Sodio y cloro ayudan a mantener el volumen y la presión osmótica de los líquidos en el espacio extracelular e interviene en la regulación del equilibrio ácido-base. Su aporte es de unos cuatro a seis gramos al día.
Calcio: El Calcio es cofactor de mensajeros cíclicos intracelulares como el AMP, el GMP, el CMP, etc. Además, es responsable de las modificaciones del potencial de membrana y en la regulación de actividades endocrinas. Su aporte es de ochocientos miligramos al día.
Magnesio: Cantidades bajas de magnesio pueden tener consecuencias sobre la actividad cardiaca y muscular. Una carencia de magnesio provoca en el individuo calambres, esguinces, dificultad a la conciliación del sueño y fatiga. La cantidad diaria recomendada es de 350 miligramos para el hombre y de 300 miligramos para la mujer.
Hierro: El rol del hierro en el metabolismo referente a la actividad muscular es intuitivo y sus variaciones en los distritos del organismo lo reflejan. No debe superar los quince miligramos al día para no interferir en otras funciones como la absorción del zinc.
Zinc: Una concentración de zinc puede elevarse considerablemente en el esfuerzo violento. El fenómeno se debe a la salida de enzimas de las fibras musculares dañadas en el esfuerzo violento. Se aconseja aproximadamente de dieciocho miligramos al día.
Manganeso: El manganeso ingresa en los sistemas de síntesis del tejido conjuntivo y forma parte de numerosos sistemas enzimáticos.
Equilibrio Alcalino: Una reserva alcalina se define como la reserva para tamponar los equivalentes ácidos que en el esfuerzo muscular se generan en exceso con respecto a los equivalentes básicos, con tendencia del pH de los líquidos orgánicos a desplazarse hacia valores inferiores.
Al instaurarse el desequilibrio ácido-base se puede apreciar un incremento de los niveles plasmáticos de algunas enzimas por aumento de la permeabilidad de membrana. Estas enzimas no son exclusivamente musculares, pero específicas de otras partes del organismo y comprueban cómo las alteraciones bioquímicas del trabajo muscular repercuten también sobre otros parénquimas.
Fuente: Extracto del diplomado en Medicina del Deporte, de la Actividad Física y Rehabilitación.
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